jueves, 29 de abril de 2010

Trotamundos Capítulo XIV

Trotamundos Cap. XIV

Corazón de Niño/Quetz-Al
EHECATEPETL
(Cerro del Viento)
MANUAL DE ESCULTISMO ALTERNATIVO
TROTAMUNDOS XIV
Lince Hambriento


SINOPSIS

En el capítulo XIII los trotamundos, por recomendación de la abuela Petrona, excursionan a Ocotlán a visitar a doña Irene, muy antigua amiga de Petrona, quien los recibe con gusto y les muestra su casa-museo. Mientras tanto, Petrona y Simona, esta última también amiga de Irene, se reúnen a comer en casa de la primera aprovechando su descanso. Petrona le presume a su amiga de la infancia que ese día había recomendado a sus cinco nietos ir de excursión a Ocotlán y de pasada visitar a Irene, lo que despierta en ambas antiguos recuerdos.

Las dos amigas no terminaban de comer, platicar y brindar con auténtico mezcal de Oaxaca -con todo y gusano- cuando un batallón integrado por 12 sardos al mando de un capitán ingresan violentamente a la choza de Petrona, destruyen la puerta, violaron a las dos ancianas y después las asesinaron de la manera más cruel, deleznable e impune dejando sus cuerpos abandonados en el piso de tierra de la vivienda.

Por la tarde de ese sábado, cuando los muchachos regresaban de su excursión, el pueblo, indignado, ya se encontraba reunido, algunos en la parada del camión guajolotero –entre ellos el profe Sinaloa- para dar a los trotamundos la trágica noticia.

El resultado oficial del peritaje forense fue que las dos ancianas habían muerto por intoxicación con el bióxido de carbono emanado del anafre dejando así en total impunidad el horrendo crimen cometido por los militares, quizá bajo las órdenes de algún o algunos políticos “picudos” a quienes les estorbaba, por un lado, las gestiones de doña Petrona ante la justicia por la desaparición forzada de su nieto Pablo cuatro años atrás y, por otro, la envidia de cuatro jóvenes pirruris debutantes a empresarios, descendientes de familias porfirianas de abolengo y egresados de las “mejores” escuelas católicas del Estado. Estos jóvenes, como recordamos, plagiaron de manera ilegal el nombre “Doña Petrona” aprovechando su fama popular para su recién abierto restaurante de lujo.

CAPÍTULO XIV

Esa tarde, después de las exequias, el maestro Sinaloa y su esposa –quienes no tenían aún hijos- volvieron a llevar a los muchachos a su reducida vivienda, les dieron de cenar y a falta de camas los muchachos volvieron a dormir en el piso de tierra del modesto recibidor. Al día siguiente…

-Muchachos…, les juro que mi esposa y yo les hemos tomado mucho cariño y no nos daría mayor gusto que seguirlos teniendo en nuestra casa todo el tiempo que sea necesario, pero los puesteros y don Maclovio creen, y nosotros creemos con toda razón, que aquí en este pueblo, que está tan pegado a la ciudad, ustedes corren peligro, pues la policía ya los tiene fichados desde que los enviaron al tutelar falsamente acusados como narcotraficantes, pero les falló, gracias al licenciado Martín. Luego ya vieron, acusan a doña Petrona de haber secuestrado a varios policías, pero también, gracias al licenciado Martín, les falló y tuvieron que dejarla libre. Después acribillan al licenciado Martín junto con su familia seguramente en venganza. Finalmente asesinan a doña Petrona y doña Simona. Pa acabarla a ustedes los tienen bien relacionados con doña Petrona, pues estaban legalmente bajo su custodia, gracias también al licenciado Martín. Como ustedes siguen siendo menores de edad, quién sabe con qué les vayan a salir ahora y quién sabe qué les puedan hacer, así que lo mejor es que desaparezcan por un tiempo prudente. Ya saben cómo son los poderosos.

Miren, Don Maclovio reunió unos centavitos con los puesteros y nosotros, los maestros, reunimos también otros centavitos. Aquí tienen tres mil y cacho de pesos y centavos, con eso quizá puedan moverse a donde estén más seguros. Me duele mucho despedirme de ustedes, pero por su propia seguridad no queda de otra; no nos olviden, comuníquense con nosotros en cuanto puedan, al cabo ya saben manejar el correo electrónico. Don Maclovio a nombre de todos los puesteros me encargó que los despidiera y que les desean muy buena suerte.

Galpa recibió el dinero. Ten -se lo entregó a Porfi-, guárdalos, tú eres el tesorero.
-No, mejor nos repartimos cada quien una parte, no sea la de malas, al cabo de todos modos yo voy a anotar en la libreta lo que cada quien lleva.
-Si, Porfi tiene razón –dijo el profe- no vaya a ser la de malas, si es necesario guárdenselo en los calzones.
-¿Y qué tal si nos encontramos con soldados que nos quieran violar como quisieron conmigo? –dijo Poncho-.
-Ja, ja –rieron todos-, ¡ya sería el colmo de los colmos!
-Pues como están las cosas, muchachos, es mejor que se cuiden.

Fue el momento de la despedida, no sólo del profe Sinaloa, sino de los puesteros, de sus compañeros de la escuela rural, de doña Petrona a quien amaban como a una madre, de Oaxaca, pero lo más angustiante, de las esperanzas de reiniciar una nueva vida en familia, no importa que no fuese una familia tradicional, lo importante era convivir como hermanos alrededor de una abuela adoptiva que les deparase amor y un hogar, pero eso parecía desvanecerse.

Fue ese el momento de mayor desahogo en que por fin los trotamundos pudieron sacar, a través de lágrimas y sollozos, toda la tragedia que habían estado reteniendo estos últimos tres días en lo más profundo de sus emociones. Era ese el momento de desahogar tantas y tantas penurias acumuladas en sus escasos años de vida. Por primera vez lloraba cada uno su propia tragedia arrastrada de tiempo atrás que los había motivado a romper con su hogar y con sus familias originales. Este desahogo, que ya les hacía mucha falta, les permitió establecer en sus espíritus el duelo, es decir, la ruptura con el pasado, con sus remordimientos, con sus culpas, con sus rencores, pero no una ruptura así como así, sino una ruptura reflexionada en las experiencias del pasado, es decir, en un pensamiento crítico, tercer Principio del Espíritu Quetz-Al.

Sobre esa base de un pasado debidamente superado, los trotamundos se encontraban frente a la posibilidad, aún incierta, de cimentar su futuro, pero mucho dependería del presente. ¿Qué quiere decir esto?: que el presente es producto del pasado y el futuro será producto de lo que hagamos en el presente; el “destino” no existe como algo del “más allá”, el “destino” lo construimos nosotros mismos en el presente con base en las experiencias del pasado, de ahí la importancia de conocer y analizar la historia desde un punto de vista crítico, lo cual obviamente no conviene al poder.

En Consejo de Patrulla

-Ps ¿qué piensan?
-No, ps ta cañón.
-¿Por qué no regresamos a México?
-¿A México?, no la chingues, ¿qué tal si nos pescan los narcos con los que andaba el pinche Poncho?, seguro que nos dan “cuello”.
-Jemor témete esa ideota por el luco, dijo Bruti.
-Si, jemor, como dice Tubri, contestó mofándose Luca. Los demás rieron divertidos.
-Bueno, bueno, insistió Galpa, ya fuera de broma tenemos que decidir algo pronto, el profe Sinaloa tiene razón, parece que alguien nos trae tirria y a mí se me hace que son los pirruris del restaurante Doña Petrona, me cai que fueron ellos los que la mandaron matar a ella y al lic.
-¿Te cai?
-Si, me cai.
-¿Y por qué crees?
-Piénsenlo… ¿se acuerdan que los pirruris iban más o menos seguido al puesto, al poco tiempo encarcelaron a la abuela y destruyeron el puesto y, luego luego, los mismos pirruris abrieron su restaurante con su nombre?, ¿no es mucha coincidencia?, y luego que los puesteros nos ayudaron a reparar el puesto ¿no se acuerdan que muy poca gente iba a comer al restaurante de los pirruris mientras que la abuela tuvo más clientes después de aquella marcha a la que no nos dejaron ir?, ¿y qué me dicen del asesinato del lic y su familia en donde también se chingaron al Pepe y al Lalo?

Los muchachos se quedaron muy pensativos, muy reflexivos acerca de los argumentos que acababa de darles Galpa, su Guía.

-¡Uta!, me cai que no lo había pensado así –dijo Porfi-, pero creo que tienes toda la razón.
-Oye, Porfi –intervino Poncho- ¿y por qué no nos largamos mejor a tu pueblo?, total, allí te conocen y nos pueden echar la mano.
-¡Uta!, no creo, es más, en el mero pueblo ni me conocen, pus yo vivía en la hacienda con mi aguela, en las ajueras del pueblo y como no iba a la escuela pus casi nunca salía, ni tengo amigos allá y no creo que nos acecten en la hacienda, ¿no ven que mi escapé?
-No, ps eso sí, ¿pero tons?
-Yo creo que Galpa tiene razón, dijo Luca. Deberíamos regresar a México, total, allí ya sabemos que onda, ¿no?
-Mmm -interrumpió Porfi- ¿y por qué no a Puebla?
-¡Aaaah! –exclamaron los cuatro-, lo que quieres es ver a tu adorada Quetzalli, ¿o no?
-Bueno… si, la verdá la extraño, pero a lo mejor don Andrés nos puede ayudar y, mientras, viviríamos en su casa.
-No jodas –dijo Galpa- yo sé que don Andrés es muy buena onda y nos dejó quedarnos en su casa un día, ¿pero muchos días?, quién sabe.
-Yo más bien creo que no, dijo Luca. Dicen que el “muerto” y el “arrimado” a los tres días apesta.
-Cierto –dijo Galpa- ¿además se acuerdan que don Andrés mismo nos dijo que a los poblanos no les gustan los chavos como nosotros, porque afeamos su ciudad?, ¿se acuerdan que también nos dijo que nos “levantan” y luego nos venden a bandas que se dedican a la prostitución de menores con el favor del mismo gober? Acuérdense que nosotros somos todavía menores, ninguno tenemos 18 años cumplidos.
-¡Nooo!, ¡me falta un chingo!, dijo Poncho, el más pequeño de los cinco.

Los trotamundos finalmente decidieron regresar a la ciudad capital, pero no al mismo lugar en donde podrían ser reconocidos por el narco que enganchó a Poncho, el lado sur, sino a cierto rumbo del centro de la ciudad, cuyas angostas y oscuras calles estaban superpobladas por decenas de niñas y niños que dormían hacinados en las banquetas y que aspiraban sustancias inhalables en bolsitas de plástico, lo cuál los mantenían en total relajamiento. Otros fumaban marihuana y otros más, consumían “piedra”. Los inhalables o “activo” eran baratos y podían adquirirse en cualquier tlapalería. La marihuana era más cara y la “piedra”, mucho más, así que para adquirirla los chavos adictos tenían que asaltar en la calle a los transeúntes.

Los niños que allí habitaban recibieron a los trotamundos en buena onda, luego luego les ofrecieron droga: “¿de cuál quieres?, ¿activo?, ¿mota?, ¿piedra?, el activo te cuesta tanto, la mota tanto y la piedra tanto, ¿cuál quieres?

-Nnno, es que ahorita no traemos marmaja, contestó Galpa.
-No importa, después se cain.
-Esteee, no, mañana, ahorita venimos algo cansados.
-¡Ahhh!, pus con mayor razón, con esto van a descansar a toda madre.
-Si, ya sabemos, pero mejor mañana.
-Bueno, ustedes se lo pierden, si quieren pueden dormirse en la acera de enfrente y nos miramos mañana.
-OK, gracias.

Los cinco muchachos procuraron mantenerse juntos. El espectáculo que tenían junto a sí no les era nada extraño, así habían vivido durante meses y años en el sur de la ciudad cuando aún no se conocían, excepto Porfidio que había pasado toda su vida casi esclavizado en la hacienda con su abuela.

A la mañana siguiente deciden dar una vuelta por el rumbo -para ellos desconocido- cuando se topan con el atrio de un antiguo templo del tiempo de la colonia. Obviamente tenían todo el aspecto de niños de la calle. Allí en el atrio se encuentran con tres personas jóvenes, dos mujeres y un hombre, que al verlos los saludan con amabilidad y los invitan a pasar al templo, lo cual aceptan de buena gana, pues después de todo su actitud y el lugar les inspiran confianza.

-¿Y ustedes, qué onda?, -los interroga una de las jóvenes-, creo que no los he visto antes aquí, ¿son nuevos?
-Mmm, puesss, sí.
-¿Son niños de la calle, no?
-Esteee, sí.
-¿Cuándo llegaron?
-Anoche.
-¿Y andan juntos?
-Si.
-¿De dónde vienen?

Los muchachos empezaron a contar su historia: por qué se hicieron niños de la calle, cómo se conocieron, su aventura en Oaxaca.

-¿O sea que ustedes no consumen droga a pesar de ser niños de la calle?
-No, pos como te dijimos –contestó Luca- al principio Galpa y yo sí probamos un poco de “activo”, pero muy poco, lo pudimos dejar cuando hicimos la Patrulla Trotamundos.
-Claro, es lógico, lo que pasó fue que cuando hicieron la Patrulla encontraron un motivo para seguir viviendo.
-Mmm, no lo habíamos visto así, pero creo que tienes razón.
-Bueno, pues miren, nosotros tres también fuimos niños de la calle, sufrimos mucho, consumimos droga por un tiempo, pero aquí en este templo logramos encontrar un buen motivo para seguir viviendo.
-¿Ah, sí?
-Pos, sí. Ahorita, como ven, está vacío, pero después de las siete empiezan a venir muchos chavos como ustedes y por la noche aquí se duermen, en las bancas o en el suelo, donde quepan.
-¡Orale!
-Somos chavos de la calle que antes éramos drogadictos, pero ya dejamos la droga gracias a las pláticas que a diario tenemos aquí por la noche, pero como no tenemos dónde vivir, pues aquí el señor párroco nos da chance de quedarnos siempre y cuando mantengamos limpio el lugar. Nosotros tres somos los encargados de vigilar todo esto para que no haya desmadres y le ayudamos al padre a convencer más chavos a que dejen la droga. Ya lo van a conocer, es muy buena onda.
-¿Y dónde están los que viven aquí?
-Pues ahorita andan trabajando en los cruceros o en las calles, unos de acomodadores, otros de limpiavidrios, otros de payasitos, otros de malabaristas, ya saben, ustedes también lo vivieron, ¿no?
-No, pos sí.
-Pues la historia de ustedes es muy interesante, los invitamos a que se queden aquí, ya les buscaremos un rinconcito para que duerman.
-Ps está chido, pero también queremos trabajar.
-Por eso no se preocupen, ya verán que los que pertenecen a esta comunidad les van a conseguir en dónde y no les van a cobrar como le hacen los “dueños” de otros cruceros, aquí todos somos una comunidad muy solidaria, ya verán.

¿Encontrarán los trotamundos una nueva oportunidad?, ¿qué tan preparados estarán para enfrentar una nueva experiencia después de sus anteriores fracasos?, ¿sabrán sortear las nuevas aventuras que les esperan en esta enorme ciudad tan llena de desigualdades, discriminación e injusticia?

No te pierdas el siguiente capítulo de esta interesante historia.

…CONTINUARÁ

No hay comentarios:

Publicar un comentario